De que es necesaria la reforma judicial, es cierto. De que la propuesta de reforma vulnera los derechos de los trabajadores del Poder Judicial de la Federación, también. Es por ello que sí se necesita una reestructuración, sobre todo de jueces y magistrados, en el Poder Judicial de la Federación, en cada una de las entidades del país.
Y es que, en el décimo noveno circuito no es la excepción y los mismos empleados, desde intendentes, choferes, oficiales judiciales, actuarios y otros cargos saben cómo se entregan las bases y nombramientos de confianza.
A la Capital del Estado, sin dudar que lo mismo puede pasar en otras sedes del PJF, han llegado magistrados, provenientes de otras partes del país.
Como en cualquier otra instancia, en la mayoría de las ocasiones ya vienen o traen sus equipos de trabajo, es decir, colaboradores de toda su confianza, desde el particular, chofer, y para otros cargos, con los que desplazan a quienes ejercen esa labor.
Y no está mal, puesto que sucede en otras instancias de gobierno.
Lo malo está, cuando al novio de la hija del magistrado le dan plaza de actuario, aunque no ejerza la función, pero sí perciba el salario.
Al décimo noveno circuito, han llegado también magistradas, las que además de traer sus colaboradores, contratan quienes las peinen y maquillen en sus propias oficinas, dándolas de alta incluso en la nómina del PJF con percepciones económicas elevadas.
Incluso, en torneos deportivos, se han dado casos, en los que magistrados han contratado jugadores para que participen y el equipo triunfe, con cargo al PJF. Son vicios que han imperado y que por lo mismo, deberían erradicarse en las altas esferas del Poder Judicial de la Federación, a través de la mencionada reforma que impulsa el titular del Poder Ejecutivo.
Los vicios son muchos, aunque el espacio para decirlo es insuficiente.
Sin embargo, los derechos logrados por los trabajadores, los que tienen un horario y una función como un salario, deben respetarse en dicha reforma, porque de otra manera sería injusta.
Avalamos. Estamos de acuerdo y respaldamos la lucha justa de los trabajadores del Poder Judicial de la Federación.
La marcha que realizaron los empleados, desde las oficinas del Décimo Noveno Circuito hasta las del Congreso local, es válida y debería ser respaldada por la sociedad en general.
Sí, que se promueva esa reforma judicial, pero se respeten los derechos, logros y conquistas sindicales del trabajador con el paso del tiempo y tenga efectos en las altas esferas del PJF, desde los ministros hasta los jueces, como mínimo. En fin.