El invicto de Tigres en la Liga MX Femenil llegó a su fin a manos de América, que logró llevarse la victoria con un marcador de 0-1 en un partido lleno de intensidad y emociones. El encuentro, disputado en el estadio de las Amazonas, cumplió con las expectativas de ser un duelo cerrado y de ida y vuelta, donde ambas escuadras generaron múltiples oportunidades de peligro.
Desde el primer tiempo, Tigres intentó adelantarse con la velocidad y habilidad de Thembi Kgatlana por la banda derecha, quien fue un constante dolor de cabeza para la defensa americanista. Sin embargo, la falta de precisión en el último toque evitó que se reflejara en el marcador. Por su parte, América también tuvo sus momentos de peligro, aunque se encontraron con la férrea resistencia de Cecilia Santiago, portera de Tigres, quien tuvo una destacada actuación a pesar de algunos errores en la salida.
El partido se tornó aún más polémico cuando Lizzet García, árbitra del encuentro, fue criticada por algunas decisiones que las jugadoras de Tigres consideraron injustas. Al término del primer tiempo, tanto Lizbeth Ovalle como la entrenadora Milagros Martínez expresaron su descontento con la silbante.
Ya en la segunda mitad, América tuvo una oportunidad de oro con un disparo de Kiana Palacios, quien aprovechó un error defensivo de Tigres, pero el gol fue anulado por fuera de lugar. Tigres respondió rápidamente con un ataque de Kgatlana que estuvo a punto de convertirse en gol, pero la arquera americanista, Sandra Paños, detuvo el disparo con una gran intervención.
Finalmente, el gol del triunfo llegó al minuto 85, cuando Irene Guerrero cobró un tiro de esquina y Kimberly Rodríguez, aprovechando un descuido de la defensa felina, remató de cabeza para marcar el único tanto del encuentro. Ya en tiempo agregado, Tigres buscó el empate con una serie de disparos que fueron detenidos por la experimentada Paños, quien mantuvo su portería intacta y aseguró la victoria de las Águilas.
Con este resultado, América no solo se lleva tres puntos, sino también la satisfacción de haberle quitado el invicto a uno de los equipos más fuertes de la liga, consolidándose así como un serio contendiente al título.
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