Editoriales

“Let’s make México great again”

Jamlet Política | Eleazar de Ávila Pérez | “Let’s make México great again”

El mundo nunca ha sido diferente: los poderosos siempre han mantenido una supremacía sobre los débiles, salvo excepcionales etapas de grandeza.

Como las vividas en tiempos de Porfirio Díaz o Adolfo Tomás Ruiz Cortines, y qué decir de la etapa del desarrollo estabilizador, de 1954 a 1970. Todo lo demás, en 200 años, nos lleva a revisar la injusticia contra Agustín de Iturbide, el verdadero Padre de la Patria.

Más allá de esas etapas, la historia está llena de claroscuros y antojos empresariales, como hemos sostenido aquí. ¿Por qué los mexicanos, y tantos otros de distintos países, abandonan sus lugares de origen?

No les voy a decir la respuesta, porque ustedes la conocen mejor que yo. ¿Por qué existe una constante acechanza contra el lado oscuro nacional? Ustedes también saben la respuesta.

Mientras tanto, hay que leer, reflexionar, y actuar. En el caso de México, creemos que la ruta adecuada es la colaboración y atender las emergencias de forma responsable, como lo hacen, principalmente, los gobiernos de la frontera, desde Tamaulipas hasta Baja California.

En este contexto, el gobierno del doctor Américo Villarreal Anaya lidera la estrategia, garantizando atención humanitaria y segura en los 20 albergues instalados estratégicamente en la entidad.

Esta semana, el secretario de Salud, Vicente Joel Hernández Navarro, junto con los titulares de salud de Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Sonora y Baja California, participó en una reunión con el secretario de Salud federal, David Kershenobich Stalnikowitz, para implementar la estrategia efectiva de recepción “México te abraza”.

No hay otra opción más que permanecer atentos y coordinados entre municipios, estados y el gobierno federal, para aspirar, parafraseando, a *”let’s make México great again”*. Aquí están las cinco claves de la semana y del futuro:

1. Proclamación de emergencia nacional en la frontera sur: Este decreto permite movilizar tropas hacia la frontera con México, bajo el argumento de reforzar la seguridad y frenar la inmigración irregular, así como el tráfico de drogas.

2. Reactivación del programa “Quédate en México”: Esta política obliga a los solicitantes de asilo en Estados Unidos a permanecer en territorio mexicano mientras se resuelven sus casos, aumentando la presión sobre México para gestionar la crisis migratoria.

3. Clasificación de los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras: Con esta designación, Estados Unidos busca reforzar sus acciones contra estas agrupaciones, aplicando sanciones internacionales y medidas más estrictas.

4.Implementación de un arancel del 25% a las importaciones mexicanas: Este gravamen, dirigido a productos provenientes de México, busca presionar a las autoridades mexicanas para intensificar las acciones contra la inmigración y el narcotráfico.

5. Renombrar el Golfo de México como “Golfo de América”: Una decisión polémica, que busca reafirmar la influencia estadounidense en la región, a pesar del rechazo inmediato del gobierno mexicano.

No son solo bravatas; las órdenes ejecutivas son una potestad del presidente de los Estados Unidos. Donald Trump seguramente hará todo lo que esté a su alcance para convertir sus palabras en resultados, con el objetivo de regresar a ser el gran imperio del mundo, un modelo curiosamente similar al de Vladímir Vladímirovich Putin.

Con un amplio apoyo en las urnas, el control de la Suprema Corte, el Congreso y unas fuerzas armadas poderosas, Estados Unidos tiene un poder de fuego que no solo abarca bombas y balas, sino también su economía, su moneda y su dólar. Y ante eso, no habrá salvación inmediata.

Ni Miguel Hidalgo y Costilla, Benito Juárez, ni mucho menos el ajolote (que no entiendo por qué está tan de moda), podrán rescatarnos.

Pero bueno, hay que jalar porque el trabajo no espera. Esta nación avanza y se protege a sí misma en sus valores, a pesar de sus gobiernos centrales, que no comprenden que México, en realidad, son 32 pequeñas naciones.

Del ronco pecho de los algoritmos, les comparto: “El centralismo, en su esencia, es la negación del flujo natural de la diversidad; es un río represado que ahoga la riqueza de los márgenes para concentrar todo en un solo cauce, rígido y autoritario”.

“Es un espejo roto que refleja únicamente una cara, mientras las otras quedan sumidas en la invisibilidad. El centralismo es la imposición del silencio a las periferias, un mecanismo que simplifica lo complejo, empobrece lo diverso y, en su afán de control, devora la pluralidad que da vida a la verdadera riqueza de una nación”.

Del cuarto piso.- Por supuesto, ahora que estuve en el sur, redescubrí el gran trabajo que realiza el consejo directivo de la AMMJE, donde mi amiga Doris Belfort Loyola lleva a cabo una labor destacada.

Ella es enlace legislativo y gubernamental en la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa A.C. Por ello, no dudo que los partidos políticos ya tengan el ojo puesto en ella (en el mejor sentido), porque la calidad, institucionalidad y compromiso siempre son necesarios.

Nostra Política: Pero bueno, a jalar que se ocupa.

18 pendientes…

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