Editoriales

Más allá de los discursos

Más allá de los discursos

David Ed Castellanos Terán

Este próximo sábado 15 de marzo, el gobernador de #Tamaulipas Américo Villarreal Anaya, presentará su III Informe de Actividades en el Centro de Convenciones y Exposiciones de #Tampico

Se espera una jornada cargada de cifras alentadoras, logros presumibles y una narrativa gubernamental optimista. Sin embargo, la verdadera interrogante no está en lo que el Ejecutivo estatal dirá, sino en la indiferencia con la que la ciudadanía tamaulipeca suele recibir este tipo de eventos.

Tamaulipas ha sido testigo de administraciones que, con mayor o menor acierto, han transitado por el ejercicio del poder sin que la población ejerza una vigilancia real sobre sus gobernantes. Más allá de los discursos que el próximo sábado se escuchen, la pregunta fundamental es: ¿hasta cuándo la sociedad dejará de ser una espectadora pasiva de la vida pública?

La rendición de cuentas no es una concesión del poder, sino una obligación. No obstante, un informe de gobierno es, en esencia, un ejercicio unidireccional si la ciudadanía no lo acompaña con un escrutinio serio. Tamaulipas necesita una sociedad crítica que exija resultados tangibles, que cuestione y demande que la administración no se limite a presentar números fríos, sino que transforme realidades.

No se trata de deslegitimar los avances que Villarreal Anaya presentará. La expectativa es que el gobernador exhiba un documento cargado de proyectos, de desarrollo económico, de mejoras en seguridad y de inversiones en infraestructura. Pero el verdadero termómetro de su gobierno no está en el discurso, sino en la manera en que la población percibe estos avances en su vida cotidiana.

La cercanía entre gobernantes y gobernados no debe ser un mero recurso de propaganda. La participación ciudadana es la clave para que cualquier administración se mantenga en un ejercicio de mejora constante. Si la población no exige, el gobernante no siente la presión de mejorar. Si la crítica y el debate político no forman parte de la cultura social, entonces el poder se ejerce con comodidad, sin contrapesos reales.

En la intimidad… En un Estado con profundas necesidades y retos latentes, la mayor amenaza no es un gobierno con deficiencias, sino una sociedad apática que le permite actuar sin exigencias. El informe de Villarreal Anaya puede estar repleto de aciertos, pero de nada servirán si la ciudadanía sigue mirando desde la barrera, sin involucrarse en el destino de su propio territorio.

davidcastellanost@hotmail.com
@dect1608