Después de más de tres décadas de sequía, el Tottenham Hotspur rompió la maldición y se coronó campeón de la UEFA Europa League, tras vencer 1-0 al Manchester United en la final disputada en el estadio San Mamés de Bilbao. El histórico triunfo representa el primer título mayor del club en 34 años, y el tercero en este torneo continental.
Pese a su mal desempeño en la Premier League, donde Tottenham ocupa el puesto 17 y Manchester United el 16, ambos equipos encontraron en la Europa League una oportunidad para redimirse. Contra todo pronóstico, llegaron a la final tras una temporada irregular, en la que sus actuaciones en liga no reflejaban su ambición internacional.
El gol de la victoria llegó al minuto 42, cuando Brennan Johnson provocó una jugada en el área que terminó con una mano de Luke Shaw, desviando el balón hacia su propia portería. Esa acción selló el único tanto del encuentro, suficiente para que los dirigidos por Ange Postecoglou se llevaran el trofeo a casa.
El técnico greco-australiano había adelantado hace meses que “normalmente gana títulos en su segunda temporada”, y cumplió su palabra con creces. Su propuesta ofensiva y agresiva fue clave para llevar al conjunto londinense a la gloria europea, en medio de una campaña que parecía perdida.
Mientras Tottenham celebra un título histórico y un respiro en medio de la crisis deportiva, el Manchester United agrava su situación, firmando una de las temporadas más decepcionantes de su historia reciente. Para los Spurs, este campeonato no solo es un trofeo, sino un símbolo de esperanza de cara al futuro.
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