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Arnulfo se aferra al sindicato

José Gregorio Aguilar / TN

Ciudad Victoria, Tamaulipas.- “No han podido ni van a poder enterrarme, el único que me va a sepultar es Dios”, declaró Arnulfo Rodríguez Treviño, como si la dirigencia sindical fuera un acto de fe y no un cargo con fecha de vencimiento.

La frase, digna de epitafio auto escrito, surge tras los primeros destapes rumbo a la sucesión en la Sección 30 del SNTE. Pero  según él, “la verdad falta mucho”.

Y aunque sí, falta no es tanto tiempo como Arnulfo quisiera. El líder magisterial asegura que su gestión termina en 2027, aunque fue electo en 2022 para un periodo de cuatro años. ¿Matemáticas sindicales? Tal vez. ¿Un año extra por cortesía divina? También podría ser.

Como buen narrador de sí mismo, volvió a contar que en su pasada elección fue electo para tres años “y me dejaron cinco”, como si el comité nacional fuera un mesero que le ofreció tiempo extra “porque está sabroso el trabajo de ser secretario general”. Sabroso, sí. Pero también sazonado con frases que repite como mantra: “todo gira en la vida”, aunque en su caso, parece que gira y gira… y no se detiene.

Rodríguez Treviño pidió a los aspirantes cuidar la organización sindical, apelando a la memoria colectiva: “la historia cada quien la ha sembrado y la gente tiene memoria de lo que hemos hecho”. Lo que no sembró, al parecer, fue precisión. Porque entre llamados a la lealtad, menciones a las once escuelas normales y advertencias sobre cuidar la vida del maestro, el discurso se desliza entre lo solemne y lo simbólico, sin mucho anclaje en lo concreto.

Y así, entre menciones a la honorabilidad, la base trabajadora y la educación como causa sagrada, el dirigente concluyó con su frase favorita: “todo gira en la vida”. Aunque algunos giros, como el de su calendario personal, parecen más bien espirales sin salida.