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Jamlet Política | Eleazar Ávila Pérez | Tampico, Madero, Altamira, quien lo hace mejor

Cinco mil kilómetros después aquí estamos nuevamente en el sur de Tamaulipas, donde nos encontramos con buenas en todos los sentidos. El Marciano Fest de Ciudad Madero, Tiempo de Jazz Tampico y en Altamira hay importantes avances en el Complejo Integral Multidisciplinario.

Y esto se está convirtiendo en un lugar común. En el sur, siempre hay hiperactividad que se ha transformado en una competencia sana sobre qué administración lo hace mejor.

Cada quien tendrá su opinión, pero cuando ves el resultado final, nos enteramos que, como en la perinola, todos ponen, todos ganan, donde en el resultado es que provechosamente es la sociedad quien toma todo.

Simple: En un sitio de competencia positiva, quiénes salen ganando que exista un Festival Internacional de Jazz Tampico Fest 2025, son todos y más cuando disfrutaron los amantes de la buena música de personalidades como Pedro Ojesto & Flamenco Jazz Company y Andrea Motis.

Y si nos vamos a Madero, la barra de eventos del Marciano Fest nuevamente fue espectacular. Y es que en la Playa Miramar nuevamente fue escenario de este evento cósmico que reunió a miles de familias y visitantes en un ambiente lleno de música, color, diversión y convivencia.

Una gran fiesta de toda una semana en la que Ciudad Madero figura nacionalmente a la vanguardia en el turismo temático de la República Mexicana. Por ello el alcalde Erasmo González Robledo, su esposa, Dunia Marón Acuña, presidenta del Sistema DIF municipal, nuevamente lograron notoriedad con eventos que ayudan a la imagen de una región que se ha transformado en menos de un año.

Y si nos vamos a Altamira, el crecimiento nadie lo para. Su alcalde Armando Martínez avanza con la construcción del Complejo Integral Multidisciplinario de Altamira, en la que es una de las obras más emblemáticas y ambiciosas de la administración municipal.

En la que es la segunda etapa de la obra, se destina una inversión por el orden de 152 millones 243 mil pesos, con un avance del 70 por ciento en las labores de cimentación.

Y como les digo, todos ponen pero quienes realmente toman todo son la sociedad, porque en el caso de esta región, es muy evidente que las familias de Tampico, Madero y Altamira están afectivamente, sanguíneamente unidas.

Qué decir de lo laboral: porteños trabajando en la playa o en la industria, altamirenses laborando localmente pero al mismo tiempo para de turismo de Tampico o de Madero y maderenses haciendo lo propio porque saben que este territorio no tiene fronteras.

Ni modo que de Madero o de Tampico no acudan al que será el segundo complejo comercial más grande de la zona sur de la entidad: Pabellón Altamira, donde habrá serán cinco salas en la nueva plaza.

O que de Altamira no acudan a los comercios en Tampico a la Playa Miramar.

Existe pues, un reflujo, contraflujo y reflujo social, humano que nadie va a limitar porque el aporte de estos tiempos está en su nivel más alto.

Mientras, ya les digo, es lunes, las agresiones crecen y no sabemos el origen pleno de los destinatarios cruzados, pero lo que en sentido lógico advertimos, es que la disputa va a crecer, por celos y simple partidismo.

Y son diatribas específicamente, porque al no existir pruebas, los políticos encuentran en la descalificación la manera más simple, pero torpe, de ganar terreno.

Entendamos. Quien abusa de la diatriba, por cierto, hay que decirlo, tiene serios problemas con ansiedad. Sencillamente amigos, una diatriba es cuando alguien decide no sólo quejarse, sino convertir su enojo en un monólogo afilado que no deja respirar al objetivo.

Y ya, en la secuencia de reproches, frustración porque los argumentos no tienen espacio cuando hay odio. En resumen, una diatriba busca herir, más nunca dialogar.

Dicho de otra manera, nunca nada para arreglar, porque el objetivo es dañar la reputación… pero bueno, en una frase común. Ante la falta de inteligencia, solo agredir, aunque ya sabemos cómo terminan estas cosas, porque quien se enoja pierde.

Nostra Política: “Sin lugar a dudas, es importante desarrollar la mente de los hijos. No obstante el regalo más valioso que se les puede dar, es desarrollarles la conciencia”. John Gay.

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