Especialistas advierten que altas temperaturas podrían poner en peligro a jugadores y aficionados en al menos seis ciudades anfitrionas
El Mundial de Futbol de la FIFA 2026, que arrancará el 11 de junio del próximo año, marcará varios hitos históricos, entre ellos que la Ciudad de México se convertirá en la primera sede en albergar tres partidos inaugurales. No obstante, conforme se acerca la justa mundialista, también crecen las preocupaciones sobre la seguridad en algunas sedes, particularmente por los riesgos asociados al calor extremo.
México será anfitrión de encuentros en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, mientras que Estados Unidos y Canadá completarán la lista de ciudades sede. Durante la fase inicial del torneo, la Selección Mexicana enfrentará a Sudáfrica, Corea del Sur y a un rival aún por definirse.
Ciudades bajo la lupa por temperaturas extremas
De acuerdo con un reporte difundido por la agencia AFP, expertos en salud y clima han identificado al menos seis sedes donde las condiciones meteorológicas podrían representar un riesgo grave para la integridad de jugadores, árbitros y aficionados. Las ciudades señaladas como de alto riesgo son Monterrey, en México, así como Miami, Kansas City, Boston, Nueva York y Filadelfia, en Estados Unidos.
El sindicato internacional de futbolistas, FIFPro, advirtió que algunos partidos podrían disputarse en condiciones peligrosas si las temperaturas superan los 28 grados en el índice de bulbo húmedo (WBGT), parámetro utilizado a nivel internacional para medir el estrés térmico en actividades físicas y laborales.
A esta alerta se suma un estudio publicado en el International Journal of Biometeorology, el cual señala una seria preocupación por la salud de los participantes del torneo ante posibles olas de calor extremo durante el verano de 2026.
Aficionados, el sector más vulnerable
Más allá de los jugadores, especialistas consideran que el mayor riesgo recae en los espectadores. Christopher Fuhrmann, subdirector de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, explicó que la exposición prolongada al calor en estadios y zonas de animación podría derivar en golpes de calor incluso mortales.
El experto subrayó que los aficionados generan calor adicional debido a la concentración de personas y que, a diferencia de los deportistas profesionales, muchos asistentes pueden presentar enfermedades previas que aumentan su vulnerabilidad. A ello se suman factores como la escasa ventilación, la falta de sombra, el uso de materiales que retienen el calor en los estadios y el consumo de alcohol, que favorece la deshidratación.
Medidas preventivas y pendientes de definir
Hasta el momento, la FIFA no ha dado a conocer un plan específico para proteger a los aficionados ante temperaturas extremas, aunque sí contempla acciones para los jugadores. Entre ellas, la aplicación obligatoria de pausas de hidratación en los minutos 22 y 67 de cada encuentro, sin importar las condiciones climáticas.
Además, el calendario prioriza partidos diurnos en estadios con sistemas de climatización, como los de Dallas, Houston y Atlanta, mientras que en las sedes de mayor riesgo se programarán juegos en horarios vespertinos, cuando el calor es menos intenso.
Un informe de la organización Football for Future advierte que varias de estas ciudades han registrado temperaturas superiores a los 35 grados en el índice WBGT, considerado el límite de tolerancia del cuerpo humano al calor.
Preparación ante un Mundial bajo altas temperaturas
El Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos (NWS) informó que contará con un enlace en cada ciudad sede para emitir alertas oportunas. La decisión final sobre la realización o modificación de partidos dependerá de la FIFA y de las autoridades locales.
Expertos recomiendan a los asistentes mantenerse hidratados, evitar la exposición prolongada al sol y atender las indicaciones oficiales, especialmente los visitantes extranjeros que no están familiarizados con el clima de las ciudades anfitrionas.
La organización del Mundial 2026 enfrenta así uno de sus mayores retos: garantizar un espectáculo deportivo seguro en medio de un escenario marcado por el aumento de temperaturas extremas.

