El agua, ese recurso vital que sostiene la vida y la producción, es finalmente reconocida como un derecho humano y no como una mercancía. Este lunes, durante la firma del Acuerdo Nacional por el Derecho Humano al Agua y la Sustentabilidad, convocado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, se marcó un hito en la historia moderna de México: el rescate de 2 mil 800 millones de metros cúbicos de agua en manos privadas para devolverlos al pueblo.
El evento, que reunió a gobernadores, representantes del sector empresarial, organizaciones agrícolas e instituciones académicas, no fue solo un acto protocolario; fue un acto de justicia. Justicia para quienes han vivido en regiones áridas, para los agricultores que no tienen acceso suficiente al líquido y para los millones de mexicanos que merecen agua de calidad. “El agua es un bien nacional, no una mercancía”, dijo con firmeza Sheinbaum Pardo, dejando claro que este gobierno apuesta por un modelo más equitativo, que prioriza a las personas antes que al lucro.
Entre los asistentes destacó el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, quien no solo respaldó el acuerdo, sino que recordó que en su administración el agua es una prioridad absoluta. Y tiene razón: la creación de la Secretaría de Recursos Hidráulicos para el Desarrollo Social es prueba de ello, por cierto, le quedó gadre la chamba aQuiroga álvarez, pero esa es otra historia.
Américo Villarreal, con esta dependencia, su gobierno se ha enfocado en garantizar el acceso y aprovechamiento sostenible del recurso hídrico, una necesidad urgente en un estado que combina importantes actividades agrícolas e industriales con retos de abasto para sus habitantes.
El impacto de este acuerdo va más allá de palabras. Incorporar 200 mil hectáreas al riego y aumentar en un 50% la producción alimentaria del país es una apuesta que puede transformar la economía mexicana. Además, la inversión de 9 mil millones de pesos para la tecnificación del riego en 2025 y el desarrollo de infraestructura coordinada con productores y empresarios no solo busca eficiencia, sino también sostenibilidad a largo plazo.
Sin embargo, la verdadera prueba será poner “orden en las concesiones”, como lo señaló Sheinbaum Pardo. Durante décadas, el agua en México ha sido administrada de manera inequitativa, privilegiando a grandes corporaciones sobre comunidades enteras. La pregunta es: ¿será posible revertir este desequilibrio sin enfrentar resistencias?
En Tamaulipas, este acuerdo es especialmente significativo. La combinación de agricultura, ganadería e industria en el estado lo convierte en un territorio estratégico en el uso del agua. La implementación de estas políticas puede fortalecer aún más el liderazgo del estado como productor agrícola, pero también debe cuidar que las ciudades y comunidades rurales tengan acceso suficiente y de calidad al agua.
El Acuerdo Nacional por el Derecho Humano al Agua es un paso histórico, pero no será suficiente si no va acompañado de acciones locales y participación ciudadana. Los ciudadanos deben ser parte del proceso, no solo como beneficiarios, sino también como vigilantes del uso responsable de este recurso.
El agua es más que un recurso natural; es un elemento de justicia, desarrollo y vida. Tamaulipas, con el liderazgo de Américo Villarreal Anaya, tiene la oportunidad de ser un modelo para el país en la administración del agua, demostrando que la sustentabilidad y el progreso pueden caminar de la mano.
En la intimidad… Con el firme compromiso de incentivar la trayectoria laboral y docente, la excelencia académica y el desarrollo de la investigación en la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), el rector Dámaso Anaya Alvarado presidió la entrega del Reconocimiento al Mérito Universitario 2024.
En el marco de Asamblea Ordinaria Solemne, celebrada en el Teatro Amalia G. de Castillo Ledón, se reconoció el esfuerzo y la dedicación de 193 galardonados en diversas categorías; además, por primera vez, 20 estudiantes recibieron la Beca por Labor Humanista, una distinción que ha sido instituida, a partir de este año, para premiar a la juventud universitaria que se destaca por ejercer los valores de la generosidad, la solidaridad, el respeto y el bien común.
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