A los que por alguna razón nacimos mareados y para acabarla Dios nos dio ese castigo divino que se llama Vértigo Postural, sabemos que una lanchita, un barco o los caballitos nos vuelan la cabeza.
Sin embargo, nada más para darme una calada y luego de un Midori Doble, acepté la invitación de Alejandro Rábago para dar un rol por las lagunas del sur de Tamaulipas.
Vaya experiencia, una suerte de licuado de terror a los cocodrilos, pero con traslados suaves para él, pero no para mí, que pensé que íbamos en una Fórmula 1.
Aun así, “navegamos ambos dos”, por canales que comunican la Laguna del Chairel al Tamesí en una experiencia, confieso, relajante aunque fuera amarrado en 20 uñas.
Total concluí: los del sur, en Altamira la tierra de Armando Martínez, los de Madero sitio de Erasmo González y Tampico el espacio de Mónica Villarreal, es que, toda la zona conurbada es un Paraíso.
Flora, fauna, agua de colores y sabores, todo en suficiencia en una región que es basta en industrias, en comercio, en playas, en museos, paseos, que puede compartirse entre delicias, gastronomía y lo que usted se quiera imaginar de alta calidad y calidez humana.
Ahora bien, como lo que tienen, está literalmente sobrado, ¿qué es lo que me viene a la mente? Cuidar todo, absolutamente todo y hacerlo crecer para que siga siendo esta region, un bastión de delicias, descanso y ejemplo en México, donde además, si se trata de diversión, conciertos, deporte y cultura, esa es la constante, con una agenda que es de competencia entre los tres municipios.
Y aun así, ¿qué toca hacer? Insisto. Nunca olvidar las palabras de George Santayana quien en paráfrasis habría dicho lo que es una advertencia.
Primero en filosofía: “Por tanto la actividad filosófica no puede ponerse al amparo de su propia historia: el filósofo tiene que atreverse a pensar desde el principio, pero, al mismo tiempo, olvidar todo lo que se ha pensado puede ser peligrosísimo porque alimenta la soberbia”.
Luego en una traducción simple: “Quien no conoce su historia está condenado a repetirla”. Es en este sentido justo lo que estaba pensando, mientras preguntaba. ¿En qué momento me encontraré con un cocodrilo?
Y sí, no me lo crean, pero el que vi “protegido” desde la lancha, tenía al menos de cabeza a cola unos cinco metros. Caray, y pensar que muchos estaban literalmente en alto riesgo de extinción por la falta de agua.
Y si eso les pasa a ellos, nosotros, ellos, a los del sur, seguron estaban con la misma suerte; en parte porque los trabajos de dragado a veces se descuidan -que además son caros-, pero más caro es no tener vida y porque la crisis de sequía era real y todo lo devoraba a su paso.
Tan serio es el tema, que el Gobierno de Tamaulipas tuvo que entrar en rescate de la zona sur y mover agua de otros puntos de la Huasteca para evitar una catástrofe.
Así era la vida del sur y de todo Tamaulipas durante 2024, hasta que llegó junio y en lo esperado, Dios nos quitó el castigo y nos mandó la Tormenta Alberto, quien mágicamente restableció todo, en el centro, la zona cañera y la zona, donde hasta antes de junio, estaba literalmente con lagunas secas al 100 %.
Pero bueno, solamente les cuento lo que le viene a uno a la cabeza, mientras das un rol por el Paraíso del sur de Tamaulipas en una experiencia con concluimos: un asunto es la naturaleza, otro tema lo que le toca al gobierno y otro más lo que le corresponde a la sociedad.
No sé si “Jamlet” vaya a regresar al sitio, como para curar heridas de oído, o sencillamente para ver a esas formidables bestias que te miran con sus ojos saltones mientras que uno sueña que está a salvo con una lata de cerveza.
Bueno esta vez, fue a saliva limpia…
Nuestra Política.- “Ningún pesimista ha descubierto nunca el secreto de las estrellas, o navegado hacia una tierra sin descubrir, o abierto una nueva esperanza en el corazón humano”. Helen Keller
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