Remasterizar: No haremos este día un debate religioso porque terminaremos en la hoguera; bien que sabemos que a la Navidad tradicional se la han devorado los intereses del mercado.
De avanzar en esta ruta, tendríamos que caminar descalzos sobre brasas ardientes que nos da la competencia de Santa Claus, sobre el ícono del cristianismo, nuestro sagrado Señor Jesucristo y su nacimiento y solsticio.
Todo, al margen de que no nació al amanecer del 25 de diciembre, pues no hay fecha cierta entre abril o septiembre y que el catolicismo mutó de las fiestas paganas al rey sol.
Por eso, mejor cortamos por lo sano, que bien que sabemos que estas fechas son utilizadas por la clase política, para mostrar la bondad que no se manifiesta en muchas de sus acciones.
Vemos una competencia de spots en redes sociales y mensajes donde el hilo conductor es la esperanza. Esa ilusión efectiva, como decía Nietzsche, “es el peor de los males, pues prolonga el tormento de los hombres”.
Una venta que la política hace con especial devoción y renta para remasterizar la política en el mundo, mientras que los humanos, como dice el mismo autor, a veces es mejor quedarse con la “fe” a secas: “no querer saber la verdad”. Por eso es que nos conformamos con soñar, cuando a la esperanza y a la fe hay que ponerles patines.
Eso sí, debemos en esta parte aclarar que no hay que poner oídos sordos a lo que nos dicen por estos tiempos los hombres, en los órdenes de gobierno y sus entreverados poderes.
En la semana, y por sus efectos con México, Donald Trump, quien nuevamente será presidente de los Estados Unidos el 20 de enero, tiene ya claro y parece no jugar cuando advierte:
“Designaré a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras. Vamos a hacerlo inmediatamente”. Lo expresó desde un mitin en Phoenix, Arizona, pero es algo que ha reiterado desde toda su ganadora campaña.
“Hablé con la nueva presidenta, que es una mujer encantadora y maravillosa (…), pero le dije: no se le puede hacer esto a nuestro país, no vamos a aguantar más”.
Rudo y duro, con una nación que tiene como lastre no solamente al PRI y al PAN, sino los seis años de AMLO, por lo que me temo que, no bastarán los discursos nacionalistas.
“Yo creo que hay que trabajar para tener una buena relación, pero no engancharse en los temas y escuchar bien lo que está diciendo”, fue la respuesta de la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum.
Y más aún: “Mantendremos colaboración y después veremos cómo se dan las condiciones para llegar a dichos acuerdos. Lo único que pedimos son acuerdos de alto nivel para hablar de todos los temas y establecer coordinación”.
Pues vaya cierre de año, y de pensar que no alcanza decir Felices Fiestas, cuando en el terreno de los hechos lo que viene para México son retos, entre los cuales Claudia ha demostrado, despacito, que se está despidiendo de Andrés Manuel López Obrador.
La política de seguridad ya cambió, ya “manchó su investidura” al acudir a saludar a los afectados de Acapulco, ya se reunió con todos los gobernadores de México, con los 32 y no solamente con los suyos, y están de regreso las Estancias Infantiles.
Siempre lo sostuve: a Claudia solamente la va a salvar la educación superior que tiene. Más allá de sus dogmas políticos, nuestra Jefa de Estado sí fue a la escuela, a la academia.
Lo decimos porque luego se les olvida: AMLO realizó estudios “mochos”. No lo invento, él tardó 14 años en titularse y obtuvo un bajo promedio en la Universidad Nacional Autónoma de México; ingresó en 1973 para estudiar la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública, donde reprobó 14 materias, algunas más de una vez, como Ciencia Política, tres ocasiones, y Estadística, en dos. Claudia no.
Incluso, como parte del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático, ella, junto a un equipo de expertos y el ambientalista estadounidense Albert “Al” Gore, recibió el Premio Nobel de la Paz por su labor en materia de cambio climático.
Son datos duros. Por eso es que Claudia tiene una oportunidad de quitarse el lastre y, aun cuando estoy seguro de que sabe cómo, avanza ajustando tiempos y se desliza en 50-50 para mostrar su propio sello.
Al tiempo…
Nostra Política.- A propósito de Cristo, del 25 y del solsticio. “Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes”. Khalil Gibran.
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