Editoriales

Transformación con rostro humano | David Ed Castellanos Terán

En estos tiempos en los que muchas instituciones se conforman con discursos “adornados” de cifras, la Universidad Autónoma de Tamaulipas parece empeñada en demostrar que su transformación es un ejercicio tangible, y el rector Dámaso Anaya Alvarado lo volvió a dejar claro: “el cambio no es un eslogan para las redes sociales, sino una ruta de trabajo que se construye con la suma de muchas manos, voluntades y convicciones”.

En un encuentro con personal administrativo, directivos, funcionarios y docentes, el rector no solo agradeció el respaldo de la comunidad universitaria, sino que subrayó que el prestigio alcanzado por la UAT, tanto a nivel nacional como internacional, es fruto de un esfuerzo colectivo. Y por supuesto que detrás de cada logro académico, cada acreditación y cada nuevo reconocimiento, hay un cuerpo docente comprometido, un personal administrativo eficiente, estudiantes que asumen con seriedad su formación y alianzas estratégicas que mantienen a la universidad con la realidad social y productiva de Tamaulipas, México y el mundo.

La vinculación con gobiernos, empresas y organizaciones ha permitido que la UAT durante años sea un actor vivo en el desarrollo regional. Esta capacidad de tender puentes hacia fuera, sin perder el sentido de pertenencia hacia dentro, es quizá uno de los rasgos más notables de la actual administración universitaria. Identidad y arraigo.

Pero lo más valioso del mensaje de Anaya Alvarado fue su promesa de cercanía y apertura. La idea de que las propuestas de cualquier integrante de la comunidad sean escuchadas y valoradas no es solo un gesto democrático; es la base para que la transformación universitaria no se frene por burocracias o egos. En un país donde muchas veces las instituciones educativas parecen distantes de sus estudiantes y trabajadores, la UAT quiere demostrar que se puede liderar con diálogo y empatía.

Y así, entre la reanudación de actividades tras el receso vacacional, saludos cercanos, convivencia y hasta la celebración de su cumpleaños, el rector dejó ver que la gestión universitaria, cuando se hace con calor humano, también se convierte en comunidad.

En la intimidad… El Cabildo de Tampico, en su Trigésima Tercera Sesión Ordinaria, aprobó por unanimidad la integración del Consejo de Desarrollo Policial del Municipio, una medida que busca reforzar la disciplina, la ética y el profesionalismo de los elementos de Tránsito y Vialidad. La presidenta municipal, Mónica Villarreal Anaya, encabezó la sesión, dejando en claro que la iniciativa no es solo una formalidad legal, sino un paso firme hacia la transparencia en el servicio público.

Este consejo interno será el órgano encargado de analizar y sancionar, mediante junta, cualquier falta grave cometida por servidores públicos de la Dirección de Tránsito. Su función es garantizar que la disciplina no sea un valor escrito en papel, sino una práctica cotidiana respaldada por un proceso claro y colegiado.

Conforme a la Ley de Seguridad Pública del Estado de Tamaulipas, la creación de este órgano no es opcional, sino obligatoria. Pero más allá de la norma, lo importante es que su integración —con representantes del Ayuntamiento, la Contraloría Municipal y la Comisión de Gobierno y Seguridad Pública— abre una ventana para que las actuaciones policiales sean supervisadas con rigor y compromiso.

En un contexto donde la confianza ciudadana hacia las corporaciones viales suele estar en entredicho, este consejo se presenta como una oportunidad para dignificar el trabajo de quienes portan el uniforme, y al mismo tiempo, para dar a la ciudadanía la certeza de que habrá rendición de cuentas cuando se cruce la línea de la legalidad.

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