El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, retorna a la Casa Blanca tras una contundente victoria sobre la demócrata Kamala Harris. Su regreso plantea cambios significativos en la política exterior de Estados Unidos, especialmente en el conflicto entre Rusia y Ucrania, donde la administración de Volodymyr Zelensky podría enfrentar una fuerte reducción en el apoyo militar y económico, poniendo en riesgo su posición en la guerra contra el presidente ruso, Vladimir Putin.
Zelensky en problemas: el fin del respaldo de EE. UU.
La guerra en Ucrania, que inició el 24 de febrero de 2022, se acerca a su tercer aniversario, en un contexto de tensiones y nuevos actores internacionales. Según información de inteligencia ucraniana, Corea del Norte ha colaborado con Rusia, enviando tropas a la región de Kursk y suministrando armamento, lo que refuerza el apoyo de aliados de Putin. Este escenario se intensificaría con la entrada de Trump al poder, quien durante su campaña de 2024 expresó sus dudas sobre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y su papel en la defensa de Ucrania.
Según el especialista en seguridad Stefan Wolff, de la Universidad de Birmingham, la postura de Trump podría generar un cambio de rumbo en el conflicto. Wolff explica que Trump podría imponer un cese al fuego, presionando a Zelensky para negociar. Sin embargo, este cese no necesariamente traería la paz: implicaría, en cambio, la aceptación de las demandas de Putin, lo que llevaría a la anexión de Crimea y las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia a Rusia.
“Es una guerra que nunca debió haber ocurrido”
Trump ha criticado abiertamente el apoyo financiero y militar que Estados Unidos ha brindado a Ucrania. En un evento en Detroit en junio de 2024, declaró: “Creo que Zelensky es quizá el mejor vendedor de todos los políticos que han existido. Cada vez que viene a nuestro país, se va con 60 mil millones de dólares”. Su desconfianza hacia Zelensky y la OTAN sugiere que un segundo mandato de Trump podría poner fin al respaldo económico y militar de Estados Unidos a Ucrania, forzando a Zelensky a aceptar un tratado de paz que reduzca significativamente el territorio ucraniano y sus aspiraciones de ingresar a la OTAN.
La visión de J.D. Vance y los Acuerdos de Minsk
J.D. Vance, vicepresidente electo, también aboga por una “guerra congelada” que establezca zonas desmilitarizadas entre Ucrania y Rusia, junto con nuevos Acuerdos de Minsk que pongan fin al conflicto. Estos acuerdos limitarían las capacidades defensivas de Ucrania y probablemente vetarían su ingreso a la OTAN, lo que representaría una victoria diplomática y territorial para Putin.
¿Un beneficio para Rusia?
Un cese al fuego favorable a Rusia también tendría un impacto positivo en su economía, fuertemente golpeada por las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea. Analistas sugieren que este acuerdo podría conducir a la descongelación de 300 mil millones de euros en reservas rusas, lo que significaría un alivio considerable para la economía rusa.
La alta aprobación de Putin en su país, que ronda el 85 % según el Levada Center, se vería reforzada con una “victoria” en Ucrania y consolidaría su mandato, que ahora se extiende hasta 2030 tras una reciente reelección. La guerra, de este modo, podría brindar al Kremlin un resurgimiento de la influencia rusa similar a la era soviética.
Conversaciones Trump-Putin y el nuevo equilibrio de poder
A lo largo de los últimos años, han surgido reportes sobre frecuentes comunicaciones entre Trump y Putin. El periodista Bob Woodward, reconocido por su trabajo en el escándalo de Watergate, reveló en su libro “War” que Trump y Putin habrían mantenido al menos siete conversaciones telefónicas después de que el republicano dejara la presidencia en 2021. Aunque Trump no ha negado estas interacciones, el contexto de dichas conversaciones ahora adquiere un nuevo significado con su regreso al poder.
En este escenario, la política exterior de Estados Unidos podría experimentar un cambio radical, con Trump buscando desvincularse del conflicto en Ucrania y centrar sus esfuerzos en reducir el apoyo a Zelensky. Esta postura no solo representa una amenaza para Ucrania, sino también para la estabilidad de Europa y el orden geopolítico occidental, fortaleciendo la influencia de Rusia en la región.