José Gregorio Aguilar / TN
Ciudad Victoria, Tamaulipas.- En Tamaulipas, el trabajo infantil sigue siendo una realidad que se ve, se sabe, pero no se sanciona. Aunque la ley contempla castigos que van desde lo laboral hasta lo penal, no hay registros recientes de sanciones aplicadas, reconoció el secretario del Trabajo, Gerardo Illoldi Reyes. La razón: “la naturaleza rotativa de esta actividad”.
Pero ¿qué significa eso? Que los niños y niñas que trabajan no están en fábricas ni oficinas. Están en los semáforos, en las plazas, en los campos. Se mueven, se esconden, se normalizan. Y mientras tanto, las instituciones se reparten la responsabilidad como si fuera un rompecabezas sin centro.
“Tenemos muchas instituciones que intervienen… SIPINA, DIF estatal, los municipales”, dijo el funcionario.
“Pero los familiares son quienes principalmente incurren en estas conductas”.
La ley es clara: ningún menor de 16 años puede trabajar. Y entre los 16 y 18, solo bajo condiciones específicas. Sin embargo, hay niños de cinco años en las calles. Cinco. A esa edad deberían estar aprendiendo a leer, no a sobrevivir.
La respuesta oficial es la creación de un Comité Intersecretarial para prevenir y erradicar el trabajo infantil. Un proyecto en construcción, una promesa más. Mientras tanto, los municipios fronterizos siguen registrando la mayor incidencia, y los casos en centros laborales “no se han detectado”, aunque eso no significa que no existan.
Lo que sí existe es una ley que no se aplica. Una infancia que se vulnera. Y una sociedad que mira de reojo.
Porque cuando las sanciones son letra muerta, los derechos también lo son