Comercialización y consumismo transforman la Cuaresma: Obispo

Patricia Azuara/Patricia Azuara

Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Las ventas y el consumismo han convertido a la Cuaresma en una época de comercialización y diversión; se ha perdido el verdadero valor religioso, con el que se debe recordar a Jesucristo en el momento que perdió la vida crucificado para salvar el mundo, aseguró, el Obispo de la Diócesis de Victoria, Antonio González Sánchez.

En entrevista dijo, que los comerciantes ven está época de conversión, reflexión y arrepentimiento, como días para elevar las ventas en sus negocios; y lo mismos sucede, dijo, con la Navidad.

“La cuaresma para los comerciantes es más comercial que otra cosas y tristemente pues muchas personas incluso católicos practicantes, como digo siempre le entran a hacer el juego de los comerciantes, como te anuncian tanto pues ahí vas a comprar”, acotó.

Del latín quadragesima, se conoce como Cuaresma al periodo litúrgico de preparación de la Pascua de Resurrección. La Cuaresma, que se inicia con el miércoles de Ceniza y finaliza el Jueves Santo, es un tiempo de penitencia para los fieles de la Iglesia Católica Romana y de ciertas iglesias evangélicas.

Podría decirse que la Cuaresma es el periodo de cuarenta días previo a la Pascua. Esta cifra (los cuarenta días) tiene un importante simbolismo de acuerdo a distintos fragmentos de la Biblia, como el retiro de cuarenta días que realizó Jesús en el desierto y el retiro de Moisés en el desierto durante la misma cantidad de días. El diluvio bíblico, por otra parte, duró cuarenta días, mientras que el pueblo judío marchó cuarenta años a través del desierto.

La Iglesia considera la Cuaresma como un tiempo de arrepentimiento, expiación de la culpa (por los pecados cometidos) y de conversión. Los fieles deben reforzar su fe para acercarse a Cristo a través de actos de reflexión y penitencia.

Las prácticas tradicionales de la Cuaresma, con el ayuno y la abstinencia, se remontan al siglo IV. Comenzó como parte de un periodo de renovación para la Iglesia y aún se conserva en gran parte del mundo. Sin embargo, las penitencias son cada vez menos rigurosas, sobre todo en los países occidentales. El ayuno debería consistir de una única comida diaria, mientras que la abstinencia supone no comer carne.

Para González Sánchez, los verdaderos significados de los sucesos religiosos se han convertido en días de asueto que las personas utilizan para disfrutar, divertirse y gastar dinero.

“Es como la comercialización en Navidad, no se puede evitar, más la Navidad que la cuaresma pues son tiempos muy comerciales que mucha gente les hace el juego a esos comerciantes”, concluyó.