Erik Huerta/TN
Altamira, Tamaulipas.- Con la asistencia de autoridades de la zona sur de Tamaulipas y el Obispo Monseñor José Armando Álvarez Cano, así como de pescadores y fieles, se llevó la 66 edición de la Procesión Náutica en el río Pánuco hasta llegar a la colonia La Barra en Ciudad Madero.
Fue desde las 9 horas de este domingo que las embarcaciones partieron del club de Yates Tampico, para surcar el río Pánuco, pidiendo por el bienestar de las trabajadores pesqueros.
Al respecto, el Obispo de Tampico, José Armando Álvarez, señaló que es una tradición que data desde 1957 y que sin interrupciones se ha efectuado con la coordinación de los 3 municipios.
Dijo que se trata de un aspecto de fe para que haya una buena temporada para los pescadores, pero sobre todo que exista la salud.
Además, señaló que este tipo de celebraciones une a las autoridades de los tres municipios, estatales y federales, así como el estar con la ciudadanía, “sirve para demostrar que el pueblo puede vivir junto y más en una celebración que hay que darle valor y promoverla para darle identidad al sur de Tamaulipas”.
Además, las familias que viven de la pesca, agradecen a Dios y a la Virgen del Carmen por permitir que cada año puedan vivir del recurso pesquero.
Esta celebración se ha convertido en un atractivo para la región, promoviendo con ello el turismo religioso, convocando cada año a mayor cantidad de fieles y visitantes. Esto de la mano a la vocación pesquera que posee el estado y al esfuerzo interinstitucional en todos los niveles del gobierno que ha permitido enriquecer las actividades que lo conforman.
Durante el recorrido por el río que hermana los estados de Tamaulipas y Veracruz, la procesión de la Virgen del Carmen hizo escalas en la Aduana Marítima, y los pasos Casablanca, del Humo, del 106 y del Zacate, donde se realizaron ofrendas florales a manera de agradecimiento y solicitando su protección.
Más adelante, al comenzar la peregrinación en tierra, los invitados y miles de fieles se encaminaron a la Capilla Cristo del Mar, para concluir con una magna celebración eucarística donde se encuentra el monumento a la Virgen del Carmen, en la colonia de la Barra.