Ismael ‘El Mayo’ Zambada, líder del cártel de Sinaloa, ha asegurado en una declaración difundida por su abogado, Frank Perez, que no se entregó voluntariamente a las autoridades estadounidenses, sino que fue secuestrado mientras se dirigía a una reunión con Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa, y el político Héctor Melesio Cuen Ojeda, quien fue asesinado en el mismo día en que se produjo el secuestro.
En el documento, Zambada afirma que esperaba asistir a una reunión en el rancho Huertos del Pedregal, ubicado en las afueras de Culiacán, para ayudar a resolver diferencias entre Rocha Moya y Cuen Ojeda. La carta detalla que Zambada llegó al lugar acompañado por José Rosario Heras López, comandante de la Policía Judicial del Estado de Sinaloa, y Rodolfo Chaidez, miembro de su equipo de seguridad.
Al llegar al sitio, Zambada notó la presencia de hombres vestidos con uniformes verdes, que asumió eran parte de la seguridad de los hijos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, entre ellos Iván Guzmán Salazar. Sin embargo, fue emboscado por individuos que lo golpearon y le colocaron una capucha negra en la cabeza. El narcotraficante denuncia que fue sometido a abuso físico, resultando en heridas graves en su espalda, rodillas y muñecas.
“Fui sometido a abuso físico, lo que resultó en serias heridas físicas en mi espalda, rodillas y muñecas,” explicó Zambada en la declaración. Después del ataque, fue trasladado a una pista de aterrizaje cercana y obligado a abordar un avión privado que lo llevó a Estados Unidos.
Zambada insiste en que no tuvo ningún acuerdo con las autoridades de ningún gobierno y que su traslado a Estados Unidos fue en contra de su voluntad. Esta declaración surge en un contexto de creciente atención sobre las circunstancias que rodearon su detención y extradición.
CON INFORMACIÓN DE LÓPEZ-DÓRIGA DIGITAL
