Lo que parecía una inspección de rutina en el penal más grande de Sinaloa terminó revelando una escena digna de una serie de ficción sobre el narcotráfico. En el interior del centro penitenciario se halló un túnel de 15 metros de longitud y cinco de profundidad, un sistema de internet satelital Starlink, subametralladoras, explosivos, radios, computadoras, celulares, drogas y una amplia variedad de armamento. Este hallazgo evidencia el control y sofisticación con el que operan grupos del crimen organizado incluso dentro de las cárceles mexicanas.
Las revisiones fueron motivadas por un enfrentamiento armado entre internos, aparentemente provocado por disputas entre facciones rivales del Cártel de Sinaloa. Según declaró el gobernador Rubén Rocha, el conflicto interno es un reflejo de la guerra entre grupos que, desde hace meses, luchan por el control del cártel tras las capturas de “El Mayo” Zambada y uno de los “Chapitos”. Aunque no se reportaron muertos ni heridos, las autoridades desplegaron un operativo conjunto con Ejército, Marina y Guardia Nacional para revisar celda por celda.
El gobernador subrayó que la presencia de armas dentro del penal, pese a inspecciones anteriores, solo puede explicarse por complicidades internas. “Hemos estado haciendo revisiones ¡y de todas maneras están las armas ahí!”, exclamó Rocha, quien también reconoció que los reos suelen excavar para ocultar arsenales y otros objetos prohibidos. Las autoridades aún continúan con las inspecciones en busca de más escondites.
Aunque el hallazgo de armas y celulares no es nuevo en las cárceles mexicanas, el nivel de tecnología decomisada sí marca un precedente alarmante. El uso de internet satelital, módems y cargadores de armas de alto poder como la P90 muestra un nivel de organización y recursos económicos muy por encima del promedio de otros reclusorios. El historial del Cártel de Sinaloa con túneles y fugas —como la de Joaquín “El Chapo” Guzmán en 2015— refuerza la necesidad urgente de reforzar la seguridad en estas instalaciones.
Finalmente, el gobierno de Sinaloa anunció que se evaluará el traslado de reos a penales federales de mayor seguridad. Además, se reforzarán los controles en todos los reclusorios del estado, en un intento por contener la violencia que se ha desbordado desde dentro. El caso reabre el debate sobre el verdadero control del Estado dentro del sistema penitenciario y el poder real que aún ejercen los grupos criminales desde las sombras.
INFORMACIÓN DE AP