*El expresidente rechaza versión publicada por medio israelí sobre presunto pago de 25 millones de dólares para autorizar el uso del software espía en su sexenio
El expresidente de México, Enrique Peña Nieto, negó categóricamente haber recibido un soborno de 25 millones de dólares por autorizar el uso del sistema de espionaje Pegasus durante su administración. A través de un mensaje en la red social X (antes Twitter), calificó como “totalmente falsa” la versión publicada por el medio israelí The Marker, y lamentó la difusión de lo que consideró “afirmaciones a la ligera y dolosas”.
“Lamento encontrarme con notas que, sin el mínimo rigor periodístico, hacen afirmaciones a la ligera y dolosamente. Totalmente falsa la nota sobre supuestas aportaciones”, escribió Peña Nieto, agregando que la publicación carece de sustento y cuestionando los intereses detrás de su difusión.
El reportaje original, difundido por The Marker y retomado por Aristegui Noticias y otros medios nacionales, señala que vendedores del software espía Pegasus habrían entregado un soborno millonario al entonces mandatario para facilitar la operación del programa en México. El texto menciona que Pegasus fue vendido a diversas dependencias mexicanas, entre ellas la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la entonces Procuraduría General de la República (PGR) y el extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).
Un caso con antecedentes documentados
La polémica por Pegasus no es nueva. En julio de 2021, una investigación internacional reveló que, durante el gobierno de Peña Nieto, México fue el país con más objetivos intervenidos por el software espía: aproximadamente 15 mil de los 50 mil números identificados. Entre los blancos estaban activistas, periodistas, el entonces líder opositor Andrés Manuel López Obrador —hoy presidente—, así como miembros de su entorno y familiares de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
Años después, en octubre de 2022, el colectivo Guacamaya Leaks filtró documentos de la Sedena que mostraban que, ya en el actual sexenio, el Ejército continuó utilizando Pegasus para espiar a periodistas y defensores de derechos humanos, lo que intensificó el debate sobre el uso ilegal del software.
El caso sigue generando controversia nacional e internacional por la posible violación a los derechos de privacidad y las implicaciones políticas del uso de tecnología de espionaje sin control civil o judicial.