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MEDELLÍN, COLOMBIA.- Su madre le impedía salir con amigos, mucho menos podía concebir la idea de tener novio; su vida se restringía a estar encerrada en casa, aunque no conocía los motivos de su reclusión; tiempo después descubrió que la razón de tales comportamientos por parte de su madre era porque su virginidad tenía precio.
A solicitud de la entrevistada, se pide que se le llame Karen.
Karen no conoció a su padre y dijo que la economía del hogar era precaria; agregó que su madre, para solventar los gastos de alimentación y afines, se relacionó con ‘gente mala’, por lo que se endeudó; Karen aclaró que no odia a su madre por vender su virginidad ya que, de lo contrario, hoy día alguna de las dos estaría muerta.
Tiempo después, su madre la entregó a una mujer que le hizo una inspección vaginal.
De repente me vi en una habitación con un viejo gordo y agresivo que me hablaba en inglés. No le entendía nada. Me desnudó y me violó”.
A modo de recompensa, a Karen se le entregó un teléfono celular, y la madre finiquitó la deuda que pesaba sobre ella. La joven no conoció a su padre e increpa que en su hogar, comer una vez al día, era algo común… y hasta de suerte.
El Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (SISC), en la Alcaldía de Medellín, abunda en la existencia de un grupo que obliga a madres a ‘cuidar’ la virginidad de sus hijas, desde los once años; cuando las menores alcanzan los 13 o 14, son trasladadas al extranjero para prostituirlas o para llevarlas con el jefe del grupo conocido como ‘Combos’.
En años recientes, autoridades del país sudamericano han demostrado la existencia del ‘turismo sexual’: ciudadanos estadunidenses son los que más solicitan estos servicios.
Amantina Rengifo, presidenta de la Asociación de Juntas de Acción Comunal de Villa Hermosa —municipio situado en la parte noroccidental del departamento del Tolima, Colombia—, localidad con altos índices de inseguridad y desempleo, precisó que existen mercados sexuales en donde intercambian a niñas de hasta siete años.
En el 2011 se denunciaron por primera vez las subastas de vírgenes en Medellín. Amantina Rengifo resalta una historia en que una mujer que alquilaba a sus cinco hijas para con un mecánico; además, exhortaba a un hijo a vender su cuerpo para sufragar los gastos que menguarían con las necesidades más básicas del hogar.
En muchos casos, la única referencia afectiva que tienen las menores que sufren abusos son sus (propias) madres. Por esa las defienden, por muy malas que sean. El Artículo 33 de la Constitución dictamina que «Nadie podrá ser obligado a declarar contra parientes cercanos»”: las cinco hermanas del caso ya citado adoptaron esta normativa.
La Prostitución en México.
Un reportaje realizado por Discovery Channel —Trata de Mujeres de Tenancingo a Nueva York—, evidencia una sofisticada cadena de comercio y explotación sexual que nace en el municipio de Tenancingo, estado de Tlaxcala: los niños son educados para que, en una etapa adulta, sean proxenetas.
Asimismo, el trabajo de investigación muestra el deseo de algunos menores por ser ‘padrotes’ cuando ‘sea grande’. El reclutamiento de las mujeres víctimas se realiza a través de engaños que van desde supuestas agencias de modelaje hasta el hecho que un hombre se relaciona sentimentalmente con sus futuras empleadas para, poco a poco, introducirlas en el mercado sexual.
En algunos casos, este modo de vida ha sido heredado de generación en generación y cuenta con rebuscados métodos que empoderan su eficiencia y eficacia para que las mujeres sean llevadas al nicho de mercado que las demanda que, en esta ocasión, desembocaba en la Gran Manzana”.
Por su parte, Jorge Luis Volpi Escalante, escritor, director general del Festival Internacional Cervantino y coordinador de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aborda la misma historia a través de su obra «Las Elegidas», 2015, editorial Alfaguara.
Sin embargo, su relato desembarca en tierras de San Ysidro, distrito de San Diego, California, en la Unión Americana: las mujeres son educadas para ejercer la prostitución, y los hombres reciben cátedras por parte de sus padres para explotar a sus propias hermanas.
La leyenda sostiene que, desde épocas prehispánicas, los habitantes de Tenancingo se han dedicado -como otros pueblos a la cerámica o a la alfarería- a una profesión singular: la prostitución. Más allá de esta versión, a lo largo de los siglos XX y XXI ha habido allí muchos padres que educan a sus hijas para ser prostitutas y a sus hermanos para traficar con ellas”.
Continúa la sinopsis: ‘En 2001 fue descubierta la red de los hermanos Julio, Tomás y Luciano Salazar Juárez, quienes llevaban años secuestrando a jóvenes mexicanas para obligarlas a prostituirse en Tijuana y en los ‘campos del amor’ cerca de las plantaciones de fresas” de la zona geográfica ya citada.