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EE.UU. prepara ofensiva militar contra Venezuela

Washington evalúa una “fase dos” que incluiría ataques a objetivos estratégicos chavistas

Las señales de una posible acción militar de Estados Unidos sobre Venezuela se han intensificado en los últimos días. La administración del presidente Donald Trump evalúa ampliar su operativo en el Caribe, lo que ha encendido las alarmas en Caracas y obligado al gobierno de Nicolás Maduro a responder con llamados a la paz.

Trump confirmó el domingo que el Pentágono se encuentra listo para activar la “fase dos” de una operación naval y aérea desplegada frente a las costas venezolanas. Según el mandatario, esta etapa “marcará una gran diferencia” respecto a los bombardeos previos contra embarcaciones sospechosas de transportar drogas, ataques que hasta el sábado habían dejado 21 muertos, de acuerdo con reportes del Departamento de Defensa.

El presidente estadounidense notificó además al Congreso que su país se encuentra en “conflicto armado” con los cárteles del narcotráfico, lo que, en su visión, otorga autorización para ampliar las operaciones, incluso con incursiones terrestres. Entre los grupos señalados como objetivos están el Tren de Aragua y el Cártel de los Soles, este último presuntamente liderado por Maduro, quien tiene una recompensa de 50 millones de dólares ofrecida por Washington.

Analistas consultados por medios internacionales consideran que la siguiente fase incluiría bombardeos selectivos dentro de Venezuela. Para el académico Benigno Alarcón, de la Universidad Católica Andrés Bello, una escalada “es prácticamente inevitable”, pues Trump “difícilmente puede retroceder sin obtener resultados”.

La investigadora María Zuluaga, experta en temas regionales, coincide en que los indicios apuntan hacia “una acción militar directa”. Según el excomisionado venezolano Iván Simonovis, exiliado en Estados Unidos, el Pentágono ya habría identificado “unos 600 objetivos fijos y móviles” a neutralizar en territorio venezolano.

Maduro intenta bajar el tono

Ante la creciente presión, el presidente venezolano ha moderado su discurso. En recientes declaraciones aseguró que su gobierno “seguirá construyendo la paz” y ordenó ejercicios militares “para garantizar unas navidades seguras”. Además, decretó el adelanto de las festividades navideñas como medida simbólica para transmitir calma.

Sin embargo, la politóloga Paola Sierra advierte que esa retórica “carece de credibilidad”, pues el régimen continúa con más de 800 presos políticos, incluidos militares y activistas, según cifras del Foro Penal.

En paralelo, Maduro envió una carta a Trump proponiendo un diálogo directo con el enviado especial Richard Grenell, e incluso habría ofrecido colaborar en la captura de líderes del Tren de Aragua, catalogado como grupo terrorista por Washington.

La caída del régimen, el objetivo real

Medios estadounidenses como NBC News y The Washington Examiner han reportado que la estrategia de Trump busca presionar la salida de Maduro y facilitar una transición política. Según Zuluaga, “la opción militar está abierta y podría concretarse si los actuales ataques no arrojan resultados visibles”.

Informes del New York Times apuntan que varios asesores de alto nivel —entre ellos el secretario de Estado Marco Rubio y el director de la CIA John Ratcliffe— respaldan una acción directa contra la cúpula chavista, argumentando que representa una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos.

En días recientes, varios cazas estadounidenses realizaron maniobras cerca del espacio aéreo venezolano, lo que el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, calificó como “una provocación directa”.

Expertos como Txomin Las Heras, del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, advierten que el narcotráfico “sirve de pretexto” para el despliegue militar, mientras que la investigadora Francesca Ramos considera poco probable que Washington “se retire sin obtener un resultado político claro”.

Mientras tanto, el Caribe se mantiene como un punto caliente: Estados Unidos conserva en la zona ocho buques de guerra, dos submarinos nucleares, aviones de combate, drones y cerca de ocho mil efectivos listos para actuar.

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