Durante la misa inaugural del pontificado del Papa León XIV, celebrada este domingo en la Plaza de San Pedro, una escena inesperada robó reflectores: el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, fue captado dándose un beso con su esposa, Usha Vance, en pleno acto litúrgico. La imagen rápidamente se volvió viral y desató un intenso debate en redes sociales y medios internacionales.
El gesto ocurrió mientras transcurría la ceremonia encabezada por el primer Papa estadounidense de la historia, ante la presencia de líderes de más de 150 países. Si bien el evento estuvo cargado de simbolismos religiosos y diplomáticos, el momento de intimidad entre Vance y su esposa fue considerado por muchos como fuera de lugar en un contexto de solemnidad y recogimiento.
Para algunos usuarios en redes sociales, el beso fue una muestra natural de afecto entre una pareja que compartía un momento histórico. Sin embargo, otros lo calificaron como inapropiado, e incluso como una falta de respeto al protocolo vaticano, que históricamente promueve discreción en este tipo de ceremonias.
JD Vance, un católico converso y figura clave dentro del gobierno estadounidense, ha tenido una relación complicada con el Vaticano desde sus confrontaciones públicas con el Papa Francisco por temas migratorios. Su presencia en la misa inaugural del Papa León XIV formaba parte de una delegación oficial, junto al secretario de Estado, Marco Rubio, quien se mantuvo al margen de la polémica.
Aunque el acto estuvo cargado de momentos diplomáticos importantes —como el saludo entre Vance y el presidente ucraniano Volodimir Zelensky—, fue el beso el que terminó ocupando los titulares. La controversia ilustra cómo incluso los eventos más solemnes pueden verse sacudidos por gestos humanos que, en tiempos de redes sociales, se magnifican más allá del protocolo.
