El gobierno de Donald Trump anunció una nueva medida que obligaría a los migrantes indocumentados en Estados Unidos a inscribirse en un registro y proporcionar sus huellas dactilares. Quienes no cumplan con este requisito podrían enfrentar sanciones económicas e incluso penas de prisión.
Según el Departamento de Seguridad Nacional, encabezado por Kristi Noem, la intención es presionar a los indocumentados para que abandonen el país voluntariamente, ya que el registro facilitaría su identificación y posible deportación.
“La administración Trump tiene un mensaje claro: márchense ahora”, declaró la portavoz del Departamento, Tricia McLaughlin. Añadió que quienes salgan del país podrían tener la posibilidad de regresar en el futuro de manera legal.
El requisito también aplicaría para los padres de menores de 14 años en situación irregular, quienes tendrían que registrar a sus hijos. Sin embargo, es poco probable que los migrantes se inscriban, dado que Trump ha prometido deportaciones masivas de los más de 11 millones de indocumentados en el país.
Esta iniciativa se basa en una antigua ley de la Segunda Guerra Mundial, que en su momento buscaba controlar el ingreso de migrantes sin documentos. Ahora, la administración republicana pretende reactivarla como parte de su política migratoria.
INFORMACIÓN DE EFE