José Gregorio Aguilar/TN
Ciudad Victoria,.- El calendario se despide y con él se van los días que nos hicieron reír, sufrir y aprender. Cada diciembre nos recuerda que el tiempo no se detiene, pero también que la memoria nos acompaña como un refugio.
Este año que se va nos deja propósitos cumplidos y otros que quedaron en el aire, pero todos ellos hablan de nuestra necesidad de creer en el futuro. Los rituales, las uvas, los abrazos y las promesas son más que costumbres: son gestos de esperanza compartida.
La llegada de un nuevo año no borra lo vivido, lo resignifica. Nos invita a mirar hacia adelante con la certeza de que cada intento, cada propósito y cada acto de bondad suma en la construcción de un mejor mañana.
Que el 2026 nos encuentre con salud, con memoria y con la fuerza de seguir intentando, aunque el calendario cambie. Porque al final, lo que permanece no es la fecha, sino la voluntad de seguir caminando juntos.
Recordamos que la esperanza también se canta. Soñar con un mundo más justo, más solidario y sin fronteras es parte de ese propósito colectivo que cada año se renueva. La música nos recuerda que imaginar un futuro mejor es el primer paso para construirlo.
Desde este espacio les deseamos un excelente fin de año y un 2026 lleno de salud, prosperidad y esperanza. Que cada día sea una oportunidad para seguir intentando y para caminar juntos hacia un mañana más luminoso.
