*El polémico centro de detención responde a la presión migratoria y a directrices impulsadas por Donald Trump
En medio de una creciente ola de redadas contra migrantes por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), autoridades de Florida confirmaron la construcción de un nuevo centro de detención para inmigrantes indocumentados, una medida impulsada directamente desde el equipo del expresidente y ahora aspirante republicano Donald Trump.
El proyecto, que ya ha sido apodado “El Alcatraz de los Caimanes”, se ubicará sobre los restos de un aeródromo abandonado en una zona aislada y pantanosa del estado. Estará diseñado inicialmente para albergar al menos mil personas en tiendas de campaña, aunque las proyecciones apuntan a una capacidad final de hasta 5 mil detenidos.
Prisión polémica e inspirada en temores
El fiscal general de Florida, James Uthmeier, fue el encargado de oficializar el anuncio en redes sociales:
“No podemos tener a todos los inmigrantes ilegales alojados en nuestras cárceles. Así que vamos a crear el ‘Alcatraz de los Caimanes’ y también evaluamos otro sitio en Campamento Blanding”, declaró.
La elección del apodo, según reportes de medios como el New York Times, responde a una vieja sugerencia de Trump durante su primer mandato, quien llegó a proponer el uso de animales salvajes como caimanes o serpientes para proteger la frontera. La imagen del reptil fue finalmente adoptada como símbolo disuasivo del nuevo complejo.
Detenciones al alza
Actualmente, la administración de Trump, que ya impulsa acciones migratorias anticipadas de cara al proceso electoral, mantiene detenidos a más de 55 mil migrantes, superando las cifras registradas en los últimos meses del gobierno de Joe Biden, que rondaban los 40 mil.
Aunque el proyecto aún está en fase inicial, la alcaldesa del condado donde se planea construir la mega prisión, Daniella Levine Cava, declaró que será hasta el próximo lunes cuando se revisen las propuestas finales y se determine la viabilidad del centro.
Mientras tanto, el Congreso estadounidense sigue enfrentado sobre las medidas migratorias más duras que propone el exmandatario, mientras activistas y defensores de derechos humanos han comenzado a alzar la voz contra lo que consideran una criminalización desproporcionada de la migración.
